jueves, 30 de agosto de 2012


DESASTRES NATURALES

 Fenómenos naturales, como la lluvia o el viento, se convierten en desastre natural cuando superan un límite de normalidad , medido generalmente a través de un parámetro. Éste varía dependiendo del tipo de fenómeno (escala de Richter para movimientos sísmicos, escala Saphir-Simpson para huracanes, etc.).

Los efectos de un desastre natural pueden amplificarse debido a una mala planificación de asentamientos humanos, falta de medidas de seguridad, planes de emergencia y sistemas de alerta temprana, entre otros, por lo que a veces la frontera entre los desastres naturales y los desastres provocados por el hombre se torna un poco difusa.

Amén de la capacidad institucional para reducir el riesgo colectivo de desastres, éstos pueden desencadenar otros eventos que reducirán la posibilidad de sobrevivir a éste debido a carencias en la planificación y en las medidas de seguridad. Un ejemplo clásico son los terremotos, que derrumban edificios y casas, dejando atrapadas a personas entre los escombros y rompiendo tuberías de gas que pueden incendiarse y quemar a los heridos bajo las ruinas.

La actividad humana en áreas con alta probabilidad de desastres naturales se conoce como de alto riesgo. Zonas de alto riesgo sin instrumentación ni medidas apropiadas para responder al desastre natural o reducir sus efectos negativos se conocen como de zonas de alta vulnerabilidad).

A continuación se describen los desastres más recurrentes en el planeta:

Avalancha
Una avalancha es un deslizamiento brusco de material, mezcla de hielo, roca, suelo y vegetación ladera abajo. Las avalanchas pueden ser de piedras o de polvo. Las avalanchas son el mayor peligro durante el invierno en las montañas, pueden recorrer kilómetros, y provocar la destrucción total de la ladera y todo lo que encuentre a su paso. Un ejemplo de ello se produjo en Montroc, Francia, en             1999 300      .000 metros cúbicos de nieve se deslizaron por una pendiente de 30º alcanzando una velocidad de 100 km/h. Mató a 12 personas que vivían en chalets cercanos enterrándolos bajo 100.000 toneladas de nieve a 5 metros de profundidad. El alcalde de Chamonix fue acusado de homicidio sin premeditación.

Deslizamiento de tierra
Un deslizamiento de tierra es un desastre estrechamente relacionado con las avalanchas, pero en vez de arrastrar nieve, llevan tierra, rocas, árboles, fragmentos de casas, etc.
Los corrimientos de tierra pueden ser provocados por terremotos, erupciones volcánicas o inestabilidad en la zona circundante. Los corrimientos de barro o lodo son un tipo especial de corrimientos cuyo causante es el agua que penetra en el terreno por lluvias fuertes, modificando el terreno y provocando el deslizamiento. Esto ocurre con cierta regularidad en California durante los períodos de lluvias.

Hundimiento de tierra
Un hundimiento de tierra es una depresión localizada en la superficie terrestre producida por el derrumbamiento de alguna estructura interna, como una cueva. Suceden sin previo aviso y afectan a los edificios situados encima y colindantes.
La causa más común del hundimiento de la tierra es la pérdida de apoyo en la parte subterránea. Algunas veces cuando se saca agua de la tierra, frecuentemente para irrigar cosechas, el suelo se colapsa, se compacta y baja de nivel. Esto ocurre porque el agua subterránea ayudó a dar apoyo y soportar el peso de la tierra y rocas que tenía encima. El desplome de la tierra ocurre en todos los Estados Unidos, pero muestra un mayor impacto en los estados de California, Texas, y Arizona.

Incendios forestales
Si bien las causas inmediatas que dan lugar a los incendios forestales pueden ser muy variadas, en todos ellos se dan los mismos presupuestos, esto es, la existencia de grandes masas de vegetación en concurrencia con periodos más o menos prolongados de sequía.
El calor solar provoca deshidratación en las plantas, que recuperan este agua perdida del sustrato. No obstante, cuando la humedad del terreno desciende a un nivel inferior al 30% las plantas son incapaces de obtener agua del suelo, con lo que se van secando poco a poco. Este proceso provoca la emisión a la atmósfera de etileno, un compuesto químico presente en la vegetación y altamente combustible. Se produce entonces un doble fenómeno: tanto las plantas como el aire que las rodea se vuelven fácilmente inflamables, con lo que el riesgo de incendio se
multiplica. Y si a estas condiciones unimos altas temperaturas y vientos fuertes o moderados, las posibilidades de que una simple chispa      provoque un incendio se vuelven abrumadoras.

Aunque no es extraño que los incendios forestales se produzcan por causas naturales, como la caída de rayos, es indudable que el origen de la gran mayoría de ellos se debe a la acción del hombre. Sea por imprudencias, sea de forma intencionada, el ser humano está detrás de más del 90% de los incendios que se producen en el mundo.

Inundaciones
Las inundaciones son una de las catástrofes naturales que mayor número de víctimas producen en el mundo. Se ha calculado que en el siglo XX unas 3,2 millones de personas han muerto por este motivo, lo que es más de la mitad de los fallecidos por desastres naturales en el mundo en ese periodo. Puede producirse por lluvia continua, una fundición rápida de grandes cantidades de hielo, o ríos que reciben un exceso de precipitación y se desbordan, y en menos ocasiones por la destrucción de una presa. Un río que provoca inundaciones a menudo es el Huang He en China, y una inundación particularmente fuerte fue la Gran Inundación de 1993.

Sequía
Una sequía es un período extenso de tiempo en el que la disponibilidad de agua cae por debajo de los requerimientos estadísticos de una región. El agua no es suficiente para abastecer las necesidades de las plantas, los animales y los humanos. La sequía no es sólo un puro fenómeno físico, sino una interacción entre la disponibilidad natural de agua y las demandas humanas de suministro de agua. Las sequías originan desnutrición, epidemias y desplazamientos de población.

Tormentas eléctricas
Tormenta eléctrica.Las tormentas eléctricas son muy comunes y afectan a un gran número de personas cada año. A pesar de su tamaño pequeño en comparación con huracanes y tormentas invernales, todas las tormentas eléctricas son peligrosas. Las tormentas eléctricas producen rayos. Otros peligros relacionados con las tormentas eléctricas incluyen tornados, vientos fuertes, granizo e inundaciones repentinas. Las inundaciones repentinas son responsables de más fatalidades –más de 140 anualmente– que cualquier otro peligro relacionado con las tormentas eléctricas.








Terremoto de 7,4 grados en la costa de El Salvador

Por el momento no se reportan daños en ninguno de los países centroamericanos cercanos al epicentro. Inicialmente fue activada un alerta de tsunami que finalmente fue cancelada.
El epicentro del terremoto se localizó a 111 kilómetros de las costas de El Salvador. Fuente: NOAA's National Weather Service


27/08/12 - 03:01
Un fuerte sismo de magnitud 7,4 grados en la escala de Richter sacudió esta madrugada a las costas de El Salvador.
El epicentro del terremoto se localizó en el mar, a 111 kilómetros al sur de Puerto Triunfo, y la profundidad del movimiento fue de 54 kilómetros, de acuerdo con información del instituto geológico de Estados Unidos (USGS).
Aunque no se han reportado daños, el Centro de Advertencia de Tsunamis del Pacífico había emitido una advertencia para Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, Panamá y México. Esta alerta de tsunami fue cancelada posteriormente.
"No hay ninguna alerta por tsunami. El temblor que el Servicio Geológico de Estados Unidos registra en 7,4 grados Richter, aquí nuestro observatorio lo registra en 5,7 Richter", declaró el director de Protección Civil de El Salvador, Jorge Meléndez.
fuente Clarin

jueves, 9 de agosto de 2012


LOS DESASTRES NATURALES

Cuando los fenómenos naturales superan un límite de normalidad.

El viento, las olas y toda la dinámica natural nos muestran la compleja interrelación que existe entre la litósfera, hidrósfera, atmósfera y biósfera. Gran parte de esa dinámica son para los seres humanos casi imperceptibles, como la erosión y la sedimentación producidas por el viento, los ríos, los glaciares, etcétera. Sin embargo, hay momentos en los cuales el comportamiento de los elementos naturales se vuelve violento, como los movimientos sísmicos y las erupciones volcánicas, poniendo en riesgo las sociedades, sus bienes y sus actividades.

Un movimiento sísmico, un huracán o cualquier otro fenómeno extremo de la naturaleza se convierte en desastre o catástrofe cuando ocasiona pérdidas humanas o económicas. Es decir, se denomina “Desastre Natural” sólo cuando el problema social o económico es detonado por un fenómeno de la naturaleza. Loe Golden dice “… un peligro latente se convierte en desastre si ocurre donde vive gente”.


Las consecuencias de los desastres naturales no deben mirarse únicamente desde el punto de vista de las vidas que se pierden, sino también desde el punto de vista económico, porque constituyen un obstáculo para el desarrollo económico y social de la región, especialmente en los países en desarrollo.

En ellos, un desastre puede ocasionar una reducción del Producto Bruto Nacional (PBN) por varios años. Por ejemplo, una inundación arrastra la capa fértil del suelo y tarda años en recuperarse. Se ha calculado que las pérdidas del PBN debidas a los desastres pueden ser, en proporción, 20 veces mayores en los países en desarrollo que en las naciones más adelantadas.

La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) ha calculado que la sequía registrada en los años 70 en El Sahel (África) redujo a la mitad el PBN de los países del área: Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania, Níger y Senegal.

Los desastres pueden tener consecuencias tardías, es decir que sólo se pueden evaluar a lo largo de varios años. Una sequía o una inundación pueden afectar la economía de la región o de un país de manera tal que repercuta en la calidad de vida y en la salud de su población por varios años, incluso décadas. Según la Oficina del Coordinador de las Naciones Unidas para el Socorro en Casos de Desastre (UNDRO), las inundaciones registradas en 1972 en Filipinas, retrasaron los esfuerzos de desarrollo del país entre tres y cinco años.

Una de las causas más importantes de la lentitud en el proceso de recuperación y reconstrucción de los países en desarrollo y subdesarrollados después de un desastre, es porque no cuentan con un alto porcentaje de bienes asegurados como los países desarrollados.

El huracán Andrew que azotó a Estados Unidos en 1992, ocasionó 30.000 millones de dólares de pérdidas, pero el 75% corrieron a cargo de compañías aseguradoras. En cambio, las inundaciones y deslizamientos de tierras que asolaron China en 1996, provocaron un perjuicio económico de 24.000 millones de dólares, pero sus seguros no alcanzaron a cubrir ni el 2% de las pérdidas.

Además, pasado el fenómeno, las víctimas no sólo necesitan ayuda material sino también apoyo psicológico. Los estudios demuestran un elevado aumento de casos de estados depresivos, personas con problemas relacionados con el consumo de alcohol y drogas, e incluso un preocupante incremento de la tasa de suicidios.

Un punto a tener en cuenta es que los desastres o catástrofes originados por fenómenos naturales son cada vez mayores y acarrean pérdidas millonarias. Los científicos que observan, registran y analizan la dinámica natural afirman que la frecuencia de los casos extremos no ha aumentado considerablemente. La magnitud de la problemática parte del aumento de la población mundial y de la pobreza. Los riesgos tanto físicos (lesiones y muertes) como sociales y económicas son agravados por el dónde y el cómo construye el hombre sus viviendas.

En la actualidad, al menos un cuarto de la humanidad vive en zonas vulnerables a los desastres, sobre todo en los países en desarrollo y subdesarrollados. En ellos, la gente asienta sus viviendas en lugares propensos a sufrir estas catástrofes.

Por ejemplo, en las zonas de montañas, los sectores de escasos recursos, construyen en las laderas, donde los aludes pueden arrastrar pueblos enteros, como sucedió en El Nevado del Ruiz (Colombia), o como recientemente (Enero de 2011) en Brasil, donde un alud cobró más de 600 vidas.
Otro ejemplo a analizar, son las viviendas asentadas en las riberas de ríos. En los momentos en que los mismos aumentan su caudal, desbordan y producen graves inundaciones.

Un facto a tener en cuenta es la falta de conciencia y cuidado del Medio Ambiente que se materializa en la Desforestación y en la Contaminación agravando los efectos de los fenómenos naturales.

Las selvas taladas de las laderas de las montañas favorecen las avalanchas o aludes, y sus sedimentos rellenan los cauces de los ríos, haciendo que desborden con mayor frecuencia, pero cobrándose miles de vidas.